
El Banco Nacional de Muestras Biológicas de Albatros y Petreles (BAAP) cerró el año 2022 con un aumento del 57,5% en el volumen de muestras disponibles para consulta de los investigadores. El BAAP está gestionado por el Proyecto Albatros y está ubicado en Florianópolis, estado de Santa Catarina.![]()
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Funcionando de forma estructurada desde 2018, actualmente contabiliza 10 mil muestras biológicas de 39 especies de estas aves marinas en peligro de extinción, incluyendo sangre, órganos, gónadas, huesos, cultivos bacterianos, parásitos, piel, plumas y otros tejidos diversos. El objetivo es recoger, catalogar y ofrecer materiales que ayuden a los investigadores a conservar estas aves oceánicas que llegan a Brasil para alimentarse fuera de la época de reproducción.
La ornitóloga responsable, Alice Pereira, consultora técnica del Proyecto Albatros, informó a Agência Brasil que, además de recibir muestras físicas de colaboradores, el banco también recopila la información que estos tienen.
“Nuestra idea es integrar las colecciones porque, muchas veces, estas instituciones tienen las muestras, pero no disponen de página web, personal para atender las peticiones o mismo recursos para llevar a cabo la investigación. Queremos esta integración”, dijo la ornitóloga.
La creación del banco también fue una demanda de otros países, ya que albatros y petreles son aves migratorias y coloniales que recorren los océanos para alimentarse.
“Los esfuerzos para la conservación de la especie son conjuntos”, afirmó Pereira. Desde 2008, Brasil forma parte del multilateral Acuerdo Internacional para la Conservación de Albatros y Petreles (ACAP), destinado a promover la conservación de estos animales reduciendo las amenazas a ellos. El acuerdo se firmó en 2001 en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y reúne a varios países que colaboran en el intercambio de información y datos para proteger a las aves en todo el mundo. “Esta demanda tiene origen en el acuerdo”, subrayó la ornitóloga.
Plan de acción
Brasil también cuenta con el Plan de Acción Nacional para la Conservación de Albatros y Petreles (Planacap), que dio lugar a la creación del BAAP para que expertos nacionales puedan investigar lo que ocurre con estas aves en los mares brasileños.
Ellas suelen aparecer en el país en distintas épocas del año para alimentarse principalmente de peces, moluscos y crustáceos. Los albatros, que se alimentan en aguas oceánicas o cerca del mar territorial, proceden de islas antárticas y subantárticas, donde se reproducen.
Algunos ejemplos son el albatros de ceja negra (Thalassarche melanophris) y el albatros viajero o errante (Diomedea exulans). Los petreles, a su vez, tienen movimientos más variados y pueden proceder de las mismas zonas de cría que los albatros o de islas del hemisferio norte.
El propósito para este año es aumentar la difusión del banco para tener más solicitudes de muestras, con el objetivo de ampliar la demanda y también fomentar las publicaciones científicas. Las nuevas muestras se obtienen principalmente por la asociación con instituciones vinculadas al Programa de Monitoreo de Playas, contratadas por Petrobras, además de organizaciones que trabajan con el rescate y la rehabilitación de aves marinas en varias regiones brasileñas.
Brasil colabora con Argentina en la investigación del impacto del plástico en albatros y petreles. “Queremos producir muestras y también dárselas a otros”, dice Pereira.
La intención es fomentar las asociaciones con los gobiernos y el mundo académico. Los interesados pueden acceder al banco de muestras en www.baap.org.br. El Proyecto Albatros está patrocinado por Petrobras, junto con el Centro Nacional de Investigación y Conservación de Aves Silvestres (Cemave) del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) y la asociación R3 Animal.
Los investigadores interesados en registrar muestras en el sitio pueden ponerse en contacto con baap@projetoalbatroz.org.br. Para añadir nuevas muestras al directorio de la base de datos es necesario que la recogida siga las normas definidas en el portal y que se envíen datos específicos, de acuerdo con el protocolo del Proyecto Albatros.
Amenazas
La analista medioambiental del Cemave-ICMBio, Patrícia Serafini, destacó que la base de datos es pública, lo que facilita la consulta y el acceso de los investigadores, así como la conservación de la especie.
Tras 10 años coordinando el Plan de Acción Nacional, Serafini se dio cuenta de que había muchas brechas de conocimiento sobre este grupo de aves oceánicas de difícil acceso porque visitan islas alejadas de la costa. “Una muestra de albatros es algo muy raro, muy difícil”, dijo.
Para ella, el banco tiene dos funciones: facilitar la investigación científica y encontrar respuestas para conservar estas aves en peligro de extinción.
Los albatros sufren la acción nociva del ser humano sobre el medio ambiente, como la contaminación de los océanos, especialmente el plástico, que ingieren por confundirlo con alimento.
Otro problema es su captura accidental durante la pesca. Las aves se sienten atraídas por los cebos de los anzuelos utilizados para capturar grandes peces lejos de la costa. Así, acaban enganchadas y ahogadas.
Reducir estas capturas accidentales es la principal misión del Proyecto Albatros. Creado en 1990 en Santos, estado de São Paulo, su principal línea de actuación es el desarrollo de investigaciones para apoyar políticas públicas y la promoción de actividades de educación ambiental entre pescadores, jóvenes y escuelas.
Crédito arquivo Nacional EBC
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